A finales del siglo XIX, mientras los hombres discutían proyectos de
nación, mujeres peruanas como Clorinda Matto de Turner o Mercedes
Cabello de Carbonera encontraron en la literatura un camino hacia la
ciudadanía. La literata e investigadora argentina Ana Peluffo estuvo en Lima para participar como ponente en el II Congreso
Internacional Perú XIX “Prensa, narraciones e imágenes en América
Latina” donde dictó la conferencia magistral “Redes transatlánticas y
alianzas de género en el Perú de fin de siglo”. A propósito de esta visita fue entrevistada para la Pontificia Universidad Católica del Perú:
¿En qué consisten las redes transatlánticas de escritoras que ha estudiado?
En el siglo XIX, sobre todo en la época entre 1880 y 1920, se ha
hablado de una república de las letras transatlántica, que estaría
formada por escritores latinoamericanos y españoles que, de alguna
manera, se unen intelectualmente a través de cartas o intercambio de
periódicos. Entonces, hay esta especie de ‘mundialización’, podríamos
decir, de las letras. Es como una nueva relación que los intelectuales
latinoamericanos tienen con España después de las independencias. Yo,
partiendo de esa idea, empecé a pensar un poco qué pasa con las redes
periféricas que tejen las escritoras del mismo modo.
Como usted dice, es una época de independencias, sin embargo, las escritoras peruanas del siglo XIX tenían otras inquietudes.
Obviamente, hay una gran preocupación por ver la manera de incorporar a las mujeres en la categoría de ciudadanía, como es el caso de Clorinda Matto de Turner. En la cuestión académica, hay un debate sobre si las letras pueden ser o no una profesión para las mujeres; Teresa González de Fanning escribe un libro donde dice que la literatura debía ser un adorno pero no una profesión para las mujeres. Al respecto, la española Emilia Pardo Bazán escribe un prólogo para esta novela diciendo que ella disiente, que González de Fanning es poco combativa con respecto a esa causa. Es interesante porque son lazos horizontales, lazos transatlánticos, pero, al mismo tiempo, hay espacio para la disidencia o los debates, no necesariamente piensan todas igual. Aparecen muchos temas, pero los comunes en las redes de mujeres pasan por la preocupación de género, mientras la clase y la raza pasan a un lugar secundario.
En estos diálogos transatlánticos, ¿se habla puntualmente sobre la mujer y la política?
La política y lo femenino era un tema, supuestamente, tabú en el
siglo XIX. Se pensaba en la política como un espacio masculino, pero, de
alguna manera, podemos pensar que la literatura fue una forma de hacer
política para las mujeres de esa época. Yo creo que las escritoras se
aproximan al tema político a través, por ejemplo, de lo que Mariátegui
llama ‘el problema del indio en el Perú’, que era una cuestión candente
en ese siglo. Clorinda Matto propone integrar a las mujeres y a los
indígenas a la nación de una forma diferente. Constantemente, estas
mujeres tienen que encontrar formas veladas de hacer política y, muchas
veces, hasta negociar con la cultura dominante que les asigna un lugar,
que les dice que tienen que ser domésticas y madres; entonces, ellas, de
alguna forma, se apropian de su espacio y lo politizan. Hacen política
desde ese espacio.
¿Se puede caracterizar a este primer grupo de mujeres ilustradas del Perú?
Por alguna razón, la crítica –y, al principio, también yo– pensaba
que se trataba de un espacio unificado en el que las mujeres luchaban
todas juntas. Al leer, por ejemplo, la correspondencia entre Juana
Manuela Gorriti y Ricardo Palma, se ve que la primera habla de una pelea
épica entre Clorinda Matto de Turner y Mercedes Cabello de Carbonera.
Al principio, estas mujeres están juntas, pero luego, cuando empiezan a
adquirir notoriedad en la república de las letras, empiezan a aparecer
rivalidades, tensiones y diferencias ideológicas.
¿Era fácil acceder a este intercambio cultural continental?
A mí me sorprende el nivel de comunicación que había entre las
escritoras latinoamericanas y las europeas. Muchas de las novelas que
las escritoras leen se publican en Europa, pero llegan a América Latina
con bastante interés. En el prólogo de la española Emilia Pardo Bazán
para la obra de Teresa González de Fanning dice que conoce a todas las
escritoras latinoamericanas por las noticias que le llegan por la
prensa. Lo que me llama la atención es que Pardo Bazán da una larga
lista de escritoras donde casi todas son peruanas. Asimismo, cuando a
Emilia Pardo Bazán se le negó el acceso a la Real Academia Española, las
escritoras peruanas se indignaron. En la prensa de la época hay una
gran cantidad de artículos de peruanas cuestionando a la RAE por su
decisión. Creo que de los dos lados hay una especie de tensión con lo
que las rodea, lo que las lleva a encontrarse en un espacio intermedio,
eso me parece fascinante
Entrevista publicada el 12 de noviembre en
http://puntoedu.pucp.edu.pe/entrevistas/mujeres-siglo-xix-hicieron-politica-desde-literatura/
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